Capítulo 6 en el puerto de Bremen … sueños.
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Llevaba varias noches sin pegar ojo tras la muerte de señor Zimmermann a manos, posiblemente de aquella extraña mujer cuando las nauseas me hizo vaciar todo mi estomago en el rio Weser, estaba paseando y cavilando sobre mis pesquisas de quien podía ser aquella enigmática mujer que dejaba muertos a su paso cuando una voz me interrumpió en mitad de la noche.
¡Ojalá mi joven vida fuera un sueño duradero! (recitaba)
- un estomago vacío tiene la nueva oportunidad de ser rellenado por mejores alimentos (dirigiéndose a mi y cortando su recital)
Era la voz de un marinero que se encontraba bebiendo un brebaje que olía muy fuerte desde varios metros, me hizo percatarme de también era extranjero por su acento.
- Dirk: ¿americano? (mientras me recomponía)
- De Boston, Massachusetts
- Dirk: ¿ y qué hace un americano tan lejos de casa?, ¿si puedo preguntarle?, me llamo Dirk, Dirk Calvin
El marinero de mediana edad, de pelo ni corto ni largo y con los pómulos colorados de la bebida se acercó para ofrecerme aquel brebaje.
No sé en que pensaba pero accedí y aun mi garganta se estremece cuando lo recuerdo.
- soy marinero y transporto productos de aquí y allá, ¿qué hace un extranjero por Bremen? ¿si puedo preguntarle?
- Dirk: volvería a mi Arsenal natal en Londres en ese barco ahora mismo
El marinero me invito a tomar una copa de algo más flojo que también acepte, pesaba que una charla entre extranjeros serviría para poder escapar de esta atmósfera de clasísmo y calamidades en la que Bremen era portada de los periódicos, asesinatos y sangre a raudales mezclado de misterio, dignos de mencionarle le conté al marinero por lo que había venido a Bremen.
- Dirk: créame que Bremen no acepta a extranjeros y sobretodo que se les corrija sus políticas arcaicas
Entre otras conversaciones hablamos de cultura y me extrañaba que aquel marinero conociese obras de Nikolay karamzin o al poeta alemán Peter Hebel.
Mientras charlábamos:
- De donde yo vengo, solo conozco la pobreza y me tuve que hacer a la mar para poder ganar algo de dinero pero yo lo que amo es la poesía, la gente no lo comprende pero es lo que realmente amo
Jamás creería que la poesía y la mar fuesen cogidas de la mano, corría un fresco que removía el olor de algo fuerte que penetraba en mis fosas nasales, el puerto era antiguo y todo de madera carcomida por el paso del gran tiempo y de mi peor enemigo, las noches en vela, seguro que este puerto pasa las noches en vela para ser mal transitado nocturnamente por maleantes y bandoleros, me llené el gaznate de algo dulce en un principio y amargo al final, el marinero bebía más rápido que yo.
- ya son muchas noches sin descansar adecuadamente amigo Dirk, yo paso por lo mismo que usted me cuenta, puedo llegar a decir que vivo más placenteramente en mis sueños que en la realidad, paso más tiempo en este barco que en tierra firme, conozco cada vaivén de los ríos, he cruzado el pacifico y todo lo que me llevo para mis son mis libros y MIS SUEÑOS, soy prisionero del caos de la pasión.
Comprendía a ese hombre, sus pensamientos y su habla era de nobleza, se palpaba su cultura y le pedí perdón por juzgarle como cruel borracho pestilente de Vodka barato.
- no pida perdón, me pierde la bebida porque la uso para calmar mis pensamientos (entre risas), le contaré una historia si me permite.
- Dirk: (algo bebido), por supuesto
- Mis padres eran actores ambulantes y murieron dejándonos a mi y Amis dos hermanos pequeños huérfanos, fuimos separados y aunque tengo relación con ellos yo me llevé la peor parte, mi familia adoptiva era pobre y tuve que buscarme la vida en las calles pronto, evité las malas influencias y me hice a la mar con mi poesía. Tengo un hermano que quiere vivir solo de escribir, “pobre iluso” usted, señor Calvin, podría ser digno de una de las historias que escribe y como telón de fondo por lo que usted me cuenta, podría ser Bremen.
Le di toda la razón, Bremen era una ciudad angosta y parecía que el tiempo se paró en algún momento de la historia para quedarse en el olvido de las novedades e inventos.
Yo quería ayudar a esta ciudad y sin quererlo estaba echando mis raíces aquí, mi gran amigo, el Doctor Luce es quien me anima en mis fatigas y ahora Devin es quién calma mis pesadillas para poder convertir algunas de ellas en SUEÑOS.
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El cargamento que transportaba el marinero era un raticida que se llamaba “Mäuserbutter”, era lo que olía asquerosamente, se trataba de un raticida
Esto podría encajar como el Móvil con el cual las ratas caían como gotas de agua, el marinero no tenía mucha información ya que para él era un mero trámite, le pedí una pequeña porción de este raticida para poder enseñárselo al Doctor Luce, debía de volver a mi habitación y dar ahora alguna explicación de mi falta en la cama a Devin, me despedí del marinero.
- Dirk: tenga usted buenos puertos en los que llegar y le deseo la mejor de las suertes con la poesía. Espero dentro de no mucho tiempo saber noticias literarias de su hermano, dele saludos de mi parte, ¿por cierto, cómo se llama usted?
HENRY POE
©Copyright del texto JSCeditorial 2020
José S. Cabrera @thekidboyz
Oficina de pesquisas
Dibujos extraídos de la novela gráfica “Gift” realizados por Barbara Yelin @barbarayelin
Poema del gran Edgar Allan Poe
Sueños
¡Ojala mi joven vida fuera un sueño duradero!
y mi espíritu durmiera hasta que el rayo certero
de una eternidad anunciara el nuevo día.
¡Sí! Aunque el largo sueño fuera de agonía
siempre sería mejor que estar despierto
para quien tuvo, desde el nacimiento
en esta dulce tierra, el corazón
prisionero del caos de la pasión.
Mas si ese sueño persistiera eternamente
como los sueños infantiles en mi mente
solían persistir, si eso ocurriera,
sería ridículo esperar una quimera.
Porque he soñado que el sol resplandecía
en el cielo estival, lleno de luz bravía
y de belleza, y mi corazón he paseado
por climas remotos e inventados,
junto a seres imaginarios, sólo previstos
por mí... ¿Qué más podría haber visto?
Pero una vez, una única vez -y ya no olvidaré
aquel bárbaro momento- un poder o no sé qué
hechizo me ciñó, o fue que el viento helado
sopló de noche y al marchar dejó grabado
en mi espíritu su rastro, o fue la luna
que brilló en mis sueños con especial fortuna
y frialdad o las estrellas... en cualquier caso
el sueño fue como ese viento: démosle paso.
Yo he sido feliz, pues, aunque el sistema
fuera un sueño. Fui feliz y adoro el tema:
¡sueños! Tanto por su intenso colorido
como por ese efímero, brumoso parecido
que oponen a lo real, y porque al ojo delirante
ofrecen cosas más bellas y abundantes
del paraíso y del amor -¡y todas nuestras!-
que la esperanza joven en sus mejores muestras.
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