Capítulo 7 Exurge Domine.
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Este capítulo se realiza la misma noche que el detective Dirk Calvin trasnocha con el marinero Henry Poe.
Doctor Luce
En mi reloj de bolsillo marcaban las once de la noche cuando el señor Thomas dejó de tener pulso y frenéticamente me puse a reanimarlo pidiendo ayuda a mi secretaria, gracias a mi amplia experiencia lo recuperamos una vez más de entre los muertos, me negaba a perderlo y la palabra fracaso no estaba en mi vocabulario.
Pero necesitaba otra vía de salvación para mejorar el estado de salud del señor Thomas, quizás debía avisar a “la policía del pensamiento”.
Toda Bremen conoce sus feas maneras de actuar pero eficaces, a la vez que radicales, con tales creencias de la santa inquisición española, trataban de criminales a los herejes en contra de Dios pero eran amigos de la medicina en general, podría obtener ayuda de ellos, pero ¿a que precio?.
Los libros prohibidos extraídos (robados) de la inquisición ya habían estado antes en mi clínica trayendo calamidades y muertos en el pasado, pero aún así, obteniendo gratificantes resultados paranormales que nadie jamás podría explicar, pero mis ojos vieron como un monje se levanto gritando que volvió a la vida habiendo sigo envenenado por la fantasmagórica viuda de Bremen.
Me puse mi abrigo gris de capa alta y me eché a la calle en busca de la ayuda menos cuerda posible, la policía del pensamiento tiene su secta montada desde hace décadas en el interior del cementerio de Bremen, no estaba lejos pero debía de ser cauto en las calles nocturnas de la ciudad.
Como todo cementerio que se precie, era tétrico y oscuro con árboles de pino seco que ondeaban el viento frio de Bremen haciendo un sonido silbido que helaba la sangre de cualquier ser humano que pasease solo por la mal asfaltada calle del cementerio, se percataron de mi presencia a los pocos minutos de andar dentro del recinto.
- ¿a qué se debe la visita del famosísimo Doctor Luce?
- Dr Luce: solicito ayuda a la policía del pensamiento para un amigo que se encuentra en mi clínica
- ¿No será el boxeador de la fábrica de cerveza, verdad?
- Dr Luce: me temo que si, es amigo mío y imploro ver a vuestro líder, pulpo sombrío
Sin hacer ningún gesto, el señor con túnica blanca entró dejándome a la intemperie hasta que volvió ofreciéndome a pasar, pulpo sombrío me recibiría en unos minutos.
Pulpo sombrío era el líder y propagador principal de las ideas fieles a la inquisición, era duro en sus decisiones pero era un hombre de palabra.
El púlpito adornado por una espada que significaba las acciones a realizar contras los herejes y una rama de olivo que significaba el perdón a los que se transformaban a su religión que claramente era una secta de dementes, lo más borregos de la secta servían de hombres bombas para cometer actos deleznables contra la sociedad de Bremen, violaciones, quema de personas y hasta decapitaciones en público mediante la guillotina en la plaza del mercado.
Entonces vino el que se hace llamar pulpo sombrío, yo ya lo conocía de antiguas andanzas.
- Pulpo sombrío: buenas noches Doctor, siempre será bienvenido a la logia de la policía del pensamiento
- Dr Luce: gracias (asentí aunque con ignorancia)
- Pulpo sombrío: mi discípulo me ha dicho que necesitas nuestra ayuda, cuéntame
- Dr Luce: en mi clínica tengo desde hace semanas al señor Thomas, es un británico noble y un buen amigo mío señor, necesito de vuestros ungüentos y sabiduría para salvar su vida y que se levante para esclarecer un crimen, el ha sido víctima de un apuñalamiento que le ha destrozado por dentro pero el o la asesina no es quien creen, por favor, necesito la ayuda de la policía del pensamiento
- Pulpo sombrío: normalmente como sabes tomaríamos al señor Thomas como un hereje y sufriría el castigo divino pero como también sabes, ayudamos a nuestros amigos y usted, Doctor Luce, nos hemos ayudado mutuamente en el pasado y por ello, le ayudaremos con el señor Thomas, necesito un poco de tiempo para preparar una maleta con mis cosas, vuelva a su clínica y prepare al señor Thomas humedeciendo su cuerpo en lo que yo iré en unas horas
Le di las gracias de forma efusiva y corrí hacia mi clínica lo más que mi orondo cuerpo me dejaba, sonreía en el camino de vuelta y me prepare para humedecer el cuerpo (aún con vida) del señor Thomas, mi secretaria me echó una mano mientras le contaba la ayuda que había solicitado, ella me imploró no estar presente ya que le daba grima aquellas personas y la deje marchar deseándome suerte en lo que pasase aquella noche, ya eran las una y media de la mañana.
Justo a penas diez minutos de la marcha de mi secretaria pegaron a la puerta, eran ellos.
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Desde el primer momentos los vi cómo seres aterradores con aquellas máscaras tentaculares sacadas de personajes de mis peores pesadillas, pero podrían salvar a un amigo.
Les dejé pasar y les ofrecí algo de vino español que aceptaron mientras dejaban sus enseres enfrente de la cama del señor Thomas.
- Pulpo sombrío: Doctor, debe saber que lo que hagamos esta noche, debe quedar entre nosotros
- Dr Luce: por supuesto, lo que pase en esta clínica, se quedará aquí, solo quiero que salga Thomas
Asintieron y tras tragar el vino español vi aquel libro que me hizo estremecer, era un libro de piel que olía fatal con una estrella de cinco puntas que acababa en un ojo, estaba muy desgastada sus hojas y su tapa estaba destrozada pero las pocas palabras que pude ver eran imposibles de leer.
Se pusieron de frente a Thomas mientras el acompañante ataba las manos del señor Thomas, yo me opuse a ello pero no tenia más remedio que dejarlo trabajar, según mis lecturas ellos trabajaban con el umbral del dolor para revivir los nervios y fortalecerlos o en este caso, revivirlos.
El ritual empezó con la lectura en voz alta y con forma de recital poemario en una lengua arcaica y negadamente entendible, muchas vocales juntas y forzada la garganta aumentaba el tono a medida que el acompañante colgó (literalmente) a Thomas del techo (desde los brazos que ató anteriormente) dejándolo postrado en la cama en posición de recostado mientras seguía el recital en voz alta:
Ph ndni mglw’wafh whah nogl fhison
No se que significaban esas palabras pero de repente quitaron la cama bruscamente y de una forma vertiginosa dejando literalmente colgado y en plena tensión de músculos a Thomas, el dolor se hacia mella de ello y el rostro del señor Thomas cobró algo de vida, haciendo rechinar terroríficamente su mandíbula, era un estimulo positivo pero atrozmente doloroso para un tío tan robusto como el británico Thomas, el atamiento de sus manos en el techo fue cruel pero necesario, estos policías del pensamiento ya habían conseguido más avances que la propia medicina que estudie en la universidad, ¿el precio?, el puto dolor que estaba sintiendo el pobre.
Seguía el recital de las palabras sin sentido para mi, los huesos crujían al son de la noche desencajando los músculos debido a la gravedad, yo miraba atónito el espectáculo de esta sesión de estos salvajes, me estaba preparando para intervenir cuando me atacaron por detrás con algo contundente recibiendo un fuerte golpe cayendo de bruces en el suelo de mi propia clínica, en el suelo seguía viendo el esperpento de como le hacían ingerir algo liquido al señor Thomas, una tercera persona estaba en la clínica y yo no había abierto la puerta.
Al ingerir el mejunje, el señor Thomas gritó, gritó fuerte durante el breve tiempo que le taparon la boca con un trapo, dios santo, estaba vivo y con los ojos abiertos, miraba para todos los lados pero ahora sus pies no tocaban el suelo debido a que estaba duramente colgado, se empezaba a mover con mala fortuna de tirar todo lo que encontró en su campo de visión, pulpo sombrío parecía santiguar con algún líquido que le hacia estremecerse de dolor y hacia más tétrica la visión de ver a un roble de tío retorcerse en el aire, los músculos le dejarían secuelas pero, pero estaba de vuelta, estaba vivo
Yo perdí la consciencia cuando me patearon en plena cabeza, todo se vino a negro y tras varios segundos de ceguera escuché…
- Hemos acabado aquí señores, llevaos al hereje al púlpito
- ¿y a la mujer?
Llevarla a mis aposentos en el cubil del mar