domingo, 28 de junio de 2020

OFICINA DE PESQUISAS


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Capítulo 0






21 de julio de 1826

Estimado detective Dirk Calvin,
Darle primero la bienvenida a la ciudad de Bremen señor Calvin, me pongo en contacto con usted porque en cierta manera me preocupa la oleada de crímenes que esta acechando mi ciudad, la que me vio crecer y la que me lo ha dado todo y más cuando aún estaba en la facultad de medicina sin poder ejercer, eran otros tiempos…
Pero ahora ya van demasiados pacientes atendidos a pocas horas del rigor mortis, la gota que colmó el vaso fue mi gran amigo Johann que vino ya pesando unos cuarenta kilos midiendo casi dos metros de altura, dios lo tenga en su gloria.

Llegaron a mis oídos que un detective londinense llegaba a la ciudad esta semana ya que la comisaría de policía es incapaz de esclarecer algunos hechos y como usted estuvo involucrado en investigaciones con el caso de Jack el destripador en Londres ha sido el elegido para afincarse en nuestra humilde ciudad portuaria, sin más dilación para que pueda ver nuestra ciudad me presto para invitarle a comer un buen “Labskaus” el próximo domingo junto a la estatua de Rolando, en la plaza del mercado.

Un saludo cordial y nuevamente sea bienvenido a la ciudad de Bremen.


Doctor Luce.


Capitulo 1 - El intruso
Al cabo de tres días por fin llegue a la atemporal Bremen, mareado del vaivén del barco de vela por el rio Weser, sus aguas turbias me dieron los buenos días a una ciudad muy diferente de la que yo estaba acostumbrado a moverme, jamás podría comparar Londres con Bremen,(que era de donde yo venía), la segunda, era y es una ciudad portuaria y nada preparada para el turismo situada en el norte de Alemania, tambaleante y con alguna copa de whisky de más puse pie en tierra firme mientras estiraba mi agarrotamiento, los sombreros de alza adornaban las grandes cabezas de los ciudadanos con trapos como ropajes, abundantes carretas de verdura fresca fue lo que me alegró para bien porque normalmente en estas ciudades poco conocidas se come de lujo, el velero para mi fue la parte más desagradable del viaje, para mi sorpresa ese día me lleve una alegría en Bremenhaven como ciudad preciosa de ver, y entonces llegué a Bremen, el final de mi largo viaje. 

Entre gente de mar de las localidades de los alrededores y de posiblemente bandoleros me abrí paso junto a mis pequeñas pertenencias a dar con mi contacto en Bremen, el Doctor Luce, que me escribió poco antes de partir hasta esta gótica ciudad, yo vengo de trabajar junto a la policía metropolitana de Londres en el caso de Jack el destripador, un caso sin resolver por falta de pruebas que alguno no quisieron que encontrásemos, pero bueno, me encontraba en Bremen llegando a su plaza con la famosa estatua de Rolando mirando hacia el ayuntamiento, un edificio totalmente gótico con sus numerosos adornos y grandes ventanales de color verde que para el siglo XIX se ve muy moderno pero que a sus alrededores se puede comprobar la enorme pobreza de sus calles y la carencia en aumento de sus habitantes.
Con un ruido que me hizo sobresaltar me vi envuelto en una trifulca en plena plaza entre dos carruajes arcaicos con una discusión sobre que la estatua de Rolando no debía de darle la espalda a la catedral, tuve que apartarme ya que de lo contrario hasta me vería bañado en babas de lo que parecía un paleto bandolero local, tenía que verme con el Doctor Luce en la plaza del mercado y no tuve más remedio que preguntar a lo que pensaba que era un párroco y recordé la escueta conversación con tal aspirante a párroco.
  • perdone, ¿podría decirme dónde esta la plaza del mercado?, - su respuesta fue “arschloch” con un poco de eructo debido a la embriaguez; Por eso es por lo que no volví a preguntar más una calle en toda mi estancia en la ciudad de Bremen;                                    

  • Donde no estaban acostumbrados a tratar con extranjeros. No me fue muy difícil llegar a la plaza del mercado cuando al ser posible yo, el único extranjero que llegó aquel domingo fui reconocido por el Doctor Luce, un señor entrado en carnes con sus tirantes y camisa con algunos lamparones, recuerdo que olía a hospital puro y duro, ese olor que se te mete en las fosas nasales y hace que te tengas que hurgar en la nariz, nos estrechamos la mano fuertemente y me invitó a sentarme en una mesa de madera en un bar un tanto tosco y dejado, probé el famoso “Labskaus” y puedo decir que en Bremen se come de escándalo, este manjar local básicamente era un arenque enrollado servido con un huevo frito y pepino pero estaba delicioso y fácil de costear para cualquier bolsillo. 

El Doctor euforico se me de adelantó a hablar:
  • Dr Luce: me alegra mucho de conocerle señor Calvin.
  • Dirk: llámeme Dirk, por favor.
  • Dr Luce: cómo desee, ¿cómo ha sido el viaje?.
  • Dirk: muy bien, (mentí como un bellaco).
El Doctor Luce es un señor adelantado a sus tiempos, a cualquier memoria que se le ponga por delante y hasta el mismo vivía acelerado en su día a día y en sus quehaceres debido a su avanzada edad de la época, ronda sobre los sesenta años ya, su pelo blanco como la nieve y su barba frondosa, rizada y grisácea delataban su edad.
El Doctor, seguía hablando (era y es muy hablador).
  • Dr Luce: el motivo de invitarle a comer es porque esta ciudad corre peligro de ser conocida no por su gran mercado pesquero, sino por un asesino en serie
Esa frase me hizo dejar el comensal y escuchar más directamente, con ahínco.
  • Dr Luce: como le digo Dirk, tengo ya numerosos pacientes que me llegan a la consulta habiendo vomitado bilis con sangre en más de tres veces al día y lo que conlleva con ello, perdida de peso y de defensas causándole la muerte en un tiempo de no más de varias semanas
Digerí la información tanto como la comida.
  • Dirk: ¿tienen algo más?, ¿sospechosos? Algo por lo que comenzar…
  • Dr Luce: pues tengo varias pesquisas que no he consultado con la incompetente policía de la ciudad
Eso me alagó y me hizo confiar más en el que se convertiría en mi excéntrico amigo Doctor Luce.
  • Dr luce: en el “19 de Hochstrabe” vive una buena amiga mía, la señora Guillermina, muy buena persona y de mi ambiente personal, es quien hospeda a la viuda Gesche Gottfried por un tiempo, ella ha sido víctima de esta enfermedad que nubla a esta prospera ciudad, su primer marido murió después de la boda con fuertes vómitos de sangre, su propia madre y sus tres hijos que tuvo con el señor Milton también murieron siendo apenas unos críos, el segundo marido, por eso obtuvo el apellido Gottfried, también murió con numerosos dolores intestinales mientras la pobre Gesche le hacia los cuidados paliativos para que no sufriera más, yo personalmente le dije como dejarlo ir tranquilamente para que no sufriera más
El Doctor se sostenía la cabeza a modo de tristeza, tuve que intervenir:
  • Dirk: ¿todos murieron teniendo los mismos síntomas?
  • Dr Luce: me temo que sí, dolores gastrointestinales y sangrados sin desgarros, llevo años pidiendo hacer la autopsia a los cadáveres pero la policía y mi modus operandis no podemos hacer sufrir más a la señora Gesche, ha sufrido tanto en la vida que ya se la conoce como “el ángel de Bremen”, se la ve por las calles vestida de luto, sus ropajes no conocen otro color que el negro, solo conoce el blanco de sus canas prematuras por las desgracias de su vida año tras año debido a una nube de infortunios, pobre alma en pena 
El Doctor se santiguó pese a no ser católico, toda ayuda para esa mujer era poca.
Tuve que intervenir ante tanta información de esta sujeta llamada el “ángel de Bremen”.
- Dirk: disculpe Dr Luce, se que no llevo ni horas en Bremen y que no estáis acostumbrado a recibir extranjeros pero yo podría aportar otra versión, la versión de un detective, cuando acepté venir a esta ciudad fue porque quiero escribir una novela negra para tener mi paz que es continuamente atosigada por los numerosos asesinatos y sangre que mis corneas han visto. 
Traté de hacerle ver al Doctor mi otra versión de la historia pero debía de indagar sobre el camino en el que me iba a meter, conocer un poco la ciudad, sus gentes, su entorno y debía empezar por lo más básico, descansar del trayecto de Londres a Bremen, que me dejó exhausto, quedaría con el Doctor Luce en almorzar todos los domingos para ponernos al día de lo que se iba a convertir en un caso, tenía todos los ingredientes para empezar con mis pesquisas, estaba vigilado por el populacho de la gótica Bremen debido a mis ropas traídas de Londres, tuve que infiltrarme y poner la oreja puerta a puerta para saber de donde partía y que puertas llamar.
Me despedí del Doctor con un fuerte abrazo que me pilló de sorpresa pero que recibí con total afecto, sentí la hospitalidad y la necesidad de la desesperación de un Doctor y amigo que no se quiere convertir en paciente ni quiere enterrar a más amigos en una larga temporada, me dispuse a entrar en la casa que tenía alquilada, era tan básica que se escuchaba el eco de mi voz que me respondía que daba igual los honorarios que recibiera pero que debía de echar una mano a la policía de esta ciudad.
Me frotaba la barba mientras cavilaba por donde empezar, estaba cansado pero tenía las ganas de trabajar por los aires, estaba a tope de mis energía que poco a poco iría decayendo al igual que mi estado de ánimo y mis ganas de volver a casa, mi amada Londres. 



……. ¿por dónde empezará a investigar el detective Dirk Calvin?
…. ¿qué o quién azota los males en la ciudad de Bremen?
Un nuevo detective ha llegado a la ciudad, un buscador de pesquisas que utilizará maquinas innovadoras, aplicará ideas modernas y nunca vistas en la investigación qué tantas ganas tiene de comenzar….
NOS VEMOS EL PROXIMO DOMINGO EN OFICINA DE PESQUISAS…  

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José S. Cabrera
Dibujos extraídos de la novela gráfica “Gift” realizados por Barbara Yelin @barbarayelin

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